¿Que tan bajo puede caer una persona
con el objeto de mantenerse en el poder?. Todos sabemos que Mr.
President llegó a la presidencia aprovechándose de la crisis de
popularidad que Carlos Andrés Pérez generó a su salida del gobierno,
esgrimiendo un supuesto mensaje de re-construcción del país. Mensaje que
con el paso del tiempo reveló sus verdaderas intensiones: Convertirnos
en un país comunista bajo engaño. Pero esta tarea se le ha complicado a
Dios gracias.
El pasado 4 de Diciembre cuando la gran
mayoría del país se abstuvo de asistir a una nueva elección fraudulenta.
Tuvimos la oportunidad de poder contarnos. Este sacrificio que a
todos nos dolió, nos permitió certificar que la mayoría de este país no
apoya ni la ideología ni el proceder del auto-proclamado libertador de
los liberadores de la América del sur. Pero este sacrificio tiene un
precio a pagar: El correspondiente pase de factura por parte del
gobierno en contra de todos aquellos que se la han resistido, surgiendo
el miedo como uno de las herramientas más útiles para aplicarse en este
tipo de casos.
Escuchar en el día de ayer la alocución
del presidente de no todos los Venezolanos frente a una asamblea repleta
de revolucionarios de pacotilla, que ya comenzó a darse vida con sus
nuevos salarios ejecutivos, me causó una tristeza enorme.
Allí estaban todos sentadillos, cual
guarida de malandros en flux, aguardando el momento adecuado para
aplaudir cualquier adefesio que el orador de orden tuviera que decir. El
momento más álgido fue cuando Chávez dio por sentando una guerra con los
Estados Unidos, provocando un frenesí lleno de histeria comunista en su
nada ilustre auditorio.
Con su arrogancia ya característica, que
dista del aquel Chávez que se daba de besos con la primera dama en el
balcón del pueblo, el hombre se infla es sus apologías sobre la historia
patriótica de Venezuela y se retuerce en su morbo intelectual, que casi
le produce un orgasmo total al ver que por medio de su labia puede
concatenar eventos de la historia pasada con la realidad de hoy. Casi
alcanzada una cúspide de alucinación que enrojece los ojos de sus más
fervientes partidarios, sale a relucir el lenguaje malandro para
describir una guerra asimétrica ante lo cual; el auditorio de los nuevos
asambleístas reaccionan con encendidos aplausos para luego calmar su
ímpetus, acariciando sus zonas nimias.
¡Que gran presidente le ha tocado a
Venezuela, que en horario infantil le pasa por encima a su propia ley
resorte! (mordaza) anunciando a diestra y siniestra la eventual
posibilidad de que entremos en una situación de guerra. Mientras que por
otro lado; esgrime varias docenas de papeles y gráficos que según él,
demuestran las virtudes y las obras de su acción de gobierno que buscan
el mayor bien para todos aquellos que no figuran en la lista de Tascón.
Pero para aquellos que viven la realidad como la población de Vargas,
que irremediablemente va directa a un proceso de degradación sistemática
de sus condiciones de vida, el mensaje captado sin lugar a dudas es
otro.
Entonces ¿cómo manejarse ante más de
10.000.000 de ciudadanos que no fueron a votar? ¿De que forma puede
enfrentar a los 3.500.000 de firmantes del revocatorio que no les
importo revelar su identidad personal? ¿Y el gran temor experimentado
por los altos índices de abstención en el sector militar que no acató la
orden de ir a votar, razón por la cual el CNE no ha publicado los
resultados oficiales de la mencionada jornada electoral?. La respuesta
reluce tras casi 6 horas de retórica en el antiguo congreso: La
instrumentación del miedo hacia los disidentes (el cual también
busca generar cohesión entre sus militantes) y el aumento de sueldos
a los trabajadores de la administración pública que alcanza casi hasta
un 80% (De donde salió la mayor parte de los votos para elegir a la
asamblea actual y para afianzar esta reflexión, este aumento ni siquiera
estaba previsto en el presupuesto general de la nación, éste fue
improvisado).
Así como Argentina se metió de frente en una
guerra contra Inglaterra para que los gobernantes se mantuviesen en el
poder, por el mismo camino este sujeto quiere aplacar cualquier ansía de
que lo imaginen fuera de Miraflores, llevándonos a un situación de
confrontación. No importa si esta es artificial o no. Con tan solo
montar una teatro tendría la excusa perfecta para dictar un estado de
excepción o cualquier vágatela que obligue a los ciudadanos a pelear
una guerra que no es nuestra. Claramente persigue que la oposición no
logre reemplazar el CNE y que salga electo así como; salió la
emblemática asamblea a la cual le dedico su paja revolucionaria.
Este hombrecillo que arrugó durante el
golpe de estado que el mismo fomentó y que durante el 2002 pidió que lo
llevarán a Cuba en medio de su renuncia. Ahora resulta que tiene más
temple que el mismo Rambo. Lo que le falta es sacar un machete al mejor
estilo de Noriega cuando fue dictador de Panamá.
Valiente es aquel que esta dispuesto a
reconocer sus errores estimado Mr. President. Valiente es aquel
ciudadano que se levanta a las 4 de la mañana y sale a trabajar para
llevarle el pan a sus hijos mientras que usted se encarga en
despilfarrar el dinero de la nación y lucirse ante las cámaras como una
luminaria, cuando en realidad lo único que usted posee es una
habilidad propia de los maulas. El don de la labia perniciosa que
adquirió cuando en sus épocas de cuartel se recostaba bajo una ventana a
espiar a sus superiores.
En Venezuela tenemos que unirnos para
evitar que esta pesadilla continué. 2006 no debe ser un año para la
pasividad. Necesariamente debemos reaccionar sin caer en las emboscadas
tipo Santa Inés que el primer gobernante tiene cocinándose para todos
aquellos que palidecemos al verlo.
No puedo aceptar ni creer que este
robolución nos seguirá quitando el sueño de ver a nuestro país enrumbado
hacia el desarrollo. Como dijo el papa en su última visita:
Venezuela: despierta y reacciona.
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