Inicialmente las imágenes que se me
advienen a mi mente para el próximo año no son ni gratas ni
esperanzadoras. Ante todo hay que considerar las palabras expuestas
en cientos de oportunidades por el primer mandatario y es que su
revolución esta armada y que solo le entregaría el gobierno a otro
revolucionario. Cualquiera de nosotros puede deducir con mucha
facilidad que el panorama que se nos presenta será violento.
El presidente de no todos los
Venezolanos cuya mentalidad esta impregnada de militarismo
entremezclado con la actividad subversiva, no dará tregua a que
nadie con posibilidades electorales trate de removerlo de la
presidencia por esta vía.
EL CNE en mi opinión no será renovado
y en caso de que se logre presionar a la asamblea lo suficiente para
que designe un nuevo rectorado, éste será idéntico al actual. Es
decir; ya habrá sido comprado. Pensar que contaremos con un sistema
electoral confiable es una utopía. En tiempos del revocatorio
importo poco o o nada que la oposición logrará una avalancha de
votos en contra porque todos ya conocemos los resultados. En virtud
de que este escenario es inevitable bien podemos concluir con
singular lógica que no tendremos elecciones, ya que bajo esas
condiciones nuevamente un 84% de los Venezolanos no iremos a votar.
El gobierno pro-comunista esta al
borde de un inmenso precipicio, ya que luego de mostrar sus mejores
tácticas comunicacionales y de coaccionar a los empleados públicos
no obtuvieron más que 3 millones de votos sobre una base electoral
inflada de 14.5. Con estos números no pueden soñar con una
relegitimación. El discurso anti-Bush y la falta de una obra
de gobierno que vaya más allá de las misiones y los discursos
retóricos se han desgatado.
¿Entonces que hará el gobierno? La
respuesta a esta interrogante es la que mayor paranoia me genera
pues de manera evidente para esta oportunidad el gobierno se
encargara de darle mayor credibilidad e impacto a las denuncias con
las cuales se han venido refugiando. Es decir; llenarán a
Venezuela de C4 y no habrá misericordia. Para estas ocasiones si
habrán perdidas de vidas humanas. Van a demostrar así como paso en
España que la defensa del territorio solo ellos la pueden
garantizar. La otra vertiente necesaria e indispensable antes de
activar esta, será la simulación de un enfrentamiento con los
para-militares de Colombia.
Cualquiera de estos eventos les daría
la oportunidad de manipular el voto como si se tratase de un
cardumen de sardinas. No solo desviaría la atención sino que la
gente asustada se entregaría al brazo protector del gobierno. De
esta manera el discurso nacionalista del presidente recobraría
vigor.
La asamblea, sus ministros y las
fuerzas armadas saldrían al paso, conscientes de que sin el
liderazgo de Chávez, no durarían en el ejercicio del poder como en
la actualidad están haciendo. Estos funcionarios serán los
encargados de ligar a la oposición con estos actos, por lo que
podemos esperar más y mayores persecuciones a nombre de la seguridad
del país.
Internacionalmente Fidel Castro saldrá
a acusar al gobierno de los Estados Unidos como nunca antes. Un
cambio de presidente en Venezuela pone en riesgo la economía de Cuba
y en consecuencia vulneraría el régimen comunista de la isla.
Los países que integran el Mercorsur y
el resto de la América, desde ya vienen siendo alertados. En las más
recientes participaciones del presidente criticando a la OEA y a la
UE, se expone el objetivo de tales alocuciones. Responsabilizar a
estos organismos de haberse aliado a la subversión golpista de
Venezuela y al imperio de Bush. Seguidamente luego del ingreso
de nuestro país al Mercosur, no se entendería que Argentina, Brasil,
Uruguay y Paraguay, apoyen en un futuro la aplicación de una sanción
contra Venezuela. Allí es cuando las regalías, la compra de deuda y
el compromiso de construir un gasoducto pasaran a tener la clase de
vigencia que ha planeado el presidente. ¿Quién puede negar que no ha
venido comprando voluntades?.
Ahora bien el 84% de los Venezolanos
que vivimos en este país flanqueados por la red comunista del
gobierno, seguiremos atrapados hasta que no surja un líder que este
dispuesto a asumir el reto de contrarrestar a este gobierno, lo que
nos depara una panorama desolador sin nos hayamos solos.
No seremos más que unos borregos bajo
el control de una revolución que desde el primer día amenaza, todo
aquello por lo que miles de Venezolanos han dado su vida y que
todavía hoy, como una luz que se desvanece llamamos democracia.
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